¿Dónde dejaste tu alma?, debajo de millones de palabras que ya no se oyen ni en mis oidos. Eres un alma perdida por el desierto de tu mente. Sobre el suelo que pisas se encuentra tu corazón, tirado en el suelo, buscándose a sí mismo, recuperando lo que ha perdido. ¿Crees que volverá a tu pecho cuando despiertes del coma?
No estoy segura de si eres lo que necesito por mucho que mis pies me guien hasta tu cama. Lo fácil se ha vuelto tan complicado que ni ésta locura es lo que era.
Vivo contando mis deseos en voz alza, permitiendo que NO se cumplan.
Dejo de vivir mis propias ilusiones para observar a los demás cómo viven las suyas. Ser feliz a través de los otros es menos doloroso que vivirlo en mis propias venas.
Y tú, ¿Sabes dónde está el Amor?, ¿Crees que podrás verlo algún día?
¿Y el final?, qué me puedes decir del final. Lo hemos tenido en nuestras propias manos y encestamos el tiro.
Me subo a tus zapatos y mis pies ya no encajan sobre tus plantillas. Cada paso que doy, es distinto, siento que me elevo hacia tu 4º . Pero no soy ya la persona que buscas. Si al menos buscases a
alguien..
Ya no cocinas con sal, ni le echas azúcar a tus cafés. No haces tortillas por no necesitar huevos, ni tienes más de dos cubiertos por mesa. En tu vida, tampoco.
Ni te reconozco ni te reconoces. El reloj de arena se nos ha agotado y nos falta tiempo.
Tiempo para saber cómo nos llamamos, en qué lado de la cama dormimos, cuánto nos necesitamos, y cuántos te quieros nos han fallado. ¿ Y ahora qué? ¿qué se supone que se debe hacer?,
¿aprender a vivir?, ¿esque antes no lo hacíamos?, yo me sentía más viva antes, contigo, y ahora sólo me siento un tanto... dejémoslo en un tanto.
Puedes verme partir en pedazos, y no caerás a recoger los trozos. Pero no voy a ser yo quien te juzgue, sé que tarde o temprano te reencontrarás y saldrás del trance que hoy te envuelve. Yo no
estaré más lejos del reflejo que tus huellas marcan al caer el sol.
Sólo quiero que empieces a observarte y te confieses qué es lo que queda de ti.
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